¿Es un Delito Estafar a la Compañía de Seguros?
Según estudios recientes, el fraude al seguro, también conocido como delito de estafa al seguro, tiende a aumentar durante períodos de crisis económica. La motivación principal detrás de esto es la necesidad financiera de obtener un beneficio del seguro.
Las compañías de seguros operan bajo el principio de indemnizar los siniestros de los asegurados con el dinero recaudado de las primas pagadas por todos los asegurados. Esto implica que, cuando ocurre un fraude, puede provocar un aumento en las primas para todos, incluso para aquellos que no han declarado ningún siniestro.
¿Es un Delito engañas a la Compañía de Seguros?
La respuesta es sí. Defraudar al seguro es un delito que puede conllevar penas severas. Aquellos que cometan fraude pueden enfrentarse a penas que van desde 6 meses hasta 8 años de prisión y multas de hasta 24 meses. En los casos en los que el monto defraudado no supere los 400 euros, la pena se reduce a una multa de uno a tres meses.
Estos delitos de estafa al seguro están regulados en el artículo 248 del Código Penal (CP). Aunque para fraudes menores de 400 euros no se prevé una pena privativa de libertad, esto no exime al infractor de enfrentar consecuencias económicas y de reputación.
Es crucial comprender que estafar al seguro no solo es ilegal, sino que también tiene un impacto negativo en el sistema de seguros y en la comunidad de asegurados.
Estafar al seguro: casos más habituales
Los fraudes al seguro son más comunes de lo que se piensa, y algunos de los casos más habituales incluyen ocultar las verdaderas causas de un accidente, cuando este ha sido provocado por negligencia del asegurado, o incluso causar un accidente de manera intencionada.
Casos frecuentes de fraude
El seguro de automóvil es donde más se producen falsos siniestros. El fraude más común consiste en reclamar daños a terceros, donde los asegurados aprovechan para incluir daños que existían antes del accidente.
Otra práctica común es simular un siniestro entre vehículos que solo ha causado daños materiales. También es habitual ocultar información a la compañía aseguradora o proporcionar datos incorrectos o falsos.
Estos actos pueden implicar un delito de falsedad documental, ya que se presenta como real información o documentos falsos. Las penas pueden variar dependiendo de si el documento es privado o público.
Consecuencias de la estafa al seguro
El fraude afecta principalmente al principio de solidaridad en los seguros, que se basa en repartir el daño entre un gran número de personas expuestas al mismo riesgo.
Las consecuencias son perjudiciales tanto para las compañías como para los asegurados. Las aseguradoras prevén estas conductas y compensan las pérdidas incrementando las primas de los seguros, lo que se traduce en que «pagan justos por pecadores».
Reacción de la aseguradora
Cuando se descubre un fraude, la compañía aseguradora rescindirá el contrato y puede incluir al defraudador en una lista negra de prevención del fraude.
El defraudador también pierde el derecho a cualquier indemnización que pudiera recibir, tanto por lo que establece la ley como por la pérdida de credibilidad en un procedimiento judicial.
En 2020, el coste medio de los fraudes evitados en seguros de automóviles fue de 2.122 euros, según la Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones. Las aseguradoras están invirtiendo cada vez más dinero en combatir estas prácticas fraudulentas.
Sospechas habituales de estafas al seguro
Existen ciertos fraudes que son más comunes, como:
- Latigazo cervical: Simulación de una lesión en el cuello tras un accidente de coche, conocida como el «cuponazo cervical». Hay jurisprudencia que indica que en accidentes a velocidades inferiores a 15 km/h, las fuerzas transmitidas son menores que en actividades cotidianas que no suelen causar lesiones.
- Exagerar o inventar daños: Magnificar lesiones y daños del coche.
- Presupuestos de arreglos inflados: Presentar presupuestos abultados por talleres.
- Fingir el robo del coche: Se estima que seis de cada 100 denuncias de robo son falsas.
En resumen, el fraude al seguro es una práctica perjudicial que afecta a todos los asegurados, incrementando los costos y poniendo en riesgo la viabilidad del sistema de seguros.