¿Qué es un impuesto regresivo?
Últimamente se habla mucho de los impuestos regresivos, pero no todo el mundo tiene claro de que se trata exactamente la palabra regresivo. Muchas personas confunden el término regresivo con algo que avanza atrás en el tiempo y que se puede aplicar a ejercicios ya pasado… nada más lejos de la realidad. Por eso hemos elaborado este artículo explicando que es exactamente un impuesto regresivo.
Cómo entender un impuesto regresivo.
Para poder entenderlo, vamos a empezar comparando los dos tipos de impuestos que existen en España. Por un lado tenemos el que nos ocupa hoy, que es el impuesto regresivo y por otro lado tenemos los impuestos progresivos. La diferencia básica entres ambos, es que los primeros no tienen en cuenta los ingresos del contribuyente y los segundos si.
Los impuestos progresivos
Los impuestos progresivos son aquellos que aumentan su tipo (o interés) a medida que aumentan las ganancias del contribuyente. El IRPF es un buen ejemplo de impuesto progresivo, porque cuanto más ganas, más tienes que pagar. Pero el IRPF no es el único que existe en España, otros ejemplos de impuestos progresivos son los siguientes: El impuesto sobre sucesiones y donaciones, grava la transmisión de un bien o derecho entre varias personas Por último, entre los impuestos progresivos, encontramos también las donaciones.
Entonces… ¿Qué es el impuesto regresivo?
Una vez más, vamos a hacer hincapié en que si bien el progresivo aumenta paulatinamente, el regresivo, si hacemos caso a su nombre, debería disminuir o no tener un tipo fijo, sin embargo no es así. Siempre se mantiene invariable independientemente de los ingresos de los contribuyentes. Ganes poco o ganes mucho, pagarás el mismo tipo por este impuesto. No obstante, si ganas más, podrás comprar más cosas, con lo que la hacienda recauda más gracias a ti.
Ejemplo de impuesto regresivo en españa
El más conocido en España no es otro que el archiconocido IVA. Puedes ser el más millonario del barrio o el más pobre, que cuando hagas vayas a comer a un restaurante, pagarás el 10% en impuestos… o si adquieres bienes de consumo, pagarás un 21% invariablemente.
Obviamente, los impuestos regresivos recaudan menor porcentaje de ingresos cuanto menos ganas, porque evidentemente, tienes menos dinero para gastar.
Un impuesto es regresivo cuando el tipo impositivo no varía según quien compra o adquiere un producto o servicio. Es el que recauda un menor porcentaje de los ingresos en la medida que la persona gana más dinero.
Vamos a poner un par de ejemplos, para ver cómo las personas que ganan menos dinero, sin embargo, a la hora de comprar, realmente soportan más esfuerzo contributivo, aunque pueda parecer lo contrario.
Si tenemos un individuo A) que cobra 5.000 euros al mes y tenemos un mileurista B) por otro lado. Ambos desean comprarse un coche modesto, un Dacia Logan, que cuesta unos 9.000 euros.
- Con el ejemplo A), nuestro comprador pagará 1.710 euros de IVA por su coche, lo que supone aproximadamente 3% de su sueldo anual. Muy poquito realmente.
- Nuestro mileurista, llamado B), sin embargo, pagará los mismos 1.710 euros de IVA por el coche, pero para él, supone el 15% de su sueldo anual.
Esto genera un problema, ya que lastra la economía de las personas que tienen sueldos relativamente bajos. Este tipo de impuestos no tienen ningún efecto sobre la redistribución de la riqueza. Pero no solo eso, se ha demostrado que cuanto más elevados son los impuestos regresivos más contribuirán a la desigualdad social, ya que, éstos representan mayor carga para los pobres que para los ricos.
Conclusión
Evidentemente necesitamos impuestos si queremos tener carreteras, colegios y sanidad pública. Pero siempre habría que buscar la manera de que todo fuese más justo para los ciudadanos… si echamos la cuenta, el gobierno de un país, normalmente se lleva el 20% de tus ganancias por el IRPF y además el 21% de todo lo que compras… lo que puede llegar a suponer el 50% de tus ganancias anuales… y eso en ocasiones puede ser desproporcionado con la realidad.
Este tipo de gravámenes contribuyen a que la gente declare menos de lo que realmente y evadan impuestos o en muchos casos, cuando hablamos de grandes fortunas, como actores, deportistas de élite, etc, opten por abandonar el país buscando otros lugares donde vivir, con una presión fiscal más laxa (Andorra, Suiza, etc)